lunes, 9 de junio de 2008

MIEDO EN EL CUERPO

Hasta ahora estamos acostumbrados a ver las miserias del llamado Tercer Mundo, y desde nuestro sillón contemplamos impávidos, mientras tomamos el aperitivo, como se debaten entre la vida y la muerte millones de seres humanos, que luchan por sobrevivir, llevándose a la boca lo primero que pillan, y hacen colas para recoger las migajas que les llegan desde el exterior, desde el otro mundo.
Y ahora nosotros, con nuestra prepotencia y superioridad, desde nuestra atalaya del mundo desarrollado, ante el primer indicio de alarma por huelga de transportistas, nos lanzamos a la desesperada a devorar los supermercados, haciendo acopio de todos los productos; y nos lanzamos a llenar el depósito de combustible hasta las trancas, vaciando las gasolineras.
Ese es nuestro mundo desarrollado, el que se lanza a la vorágine sin motivo, el que vive en una burbuja que puede explotar en cualquier momento, el mundo de la apariencia y del escaparate.
Pura ficción. No somos diferentes de los otros, de los que hacen cola para poder sobrevivir. Ya hemos perdido también la compostura.

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